FIN DEL DUELO

Me despierto cada día
en un mar a la deriva,
naufragando entre sábanas
con un puñado de sueños
derretidos en la almohada,
olvidados con desgana.

Me desayuno la soledad
que acompaña mi dolor,
y entre sorbo y sorbo...
el recuerdo y la ausencia,
el aroma de tu amor.

El tiempo me da la espalda,
giro las manecillas del reloj,
desvelos a media noche,
lágrimas en un rincón,
escondiendome en las sombras,
no quiero escuchar tu voz.

Mi alma en esta gran lucha
quedó partida en dos.

Martillea en mi cabeza
el sonido de tu voz,
el pulso se me acelera,
la angustia me da pavor,
un nudo se crea en mi pecho
que de lágrimas se anegó.

Me tiemblan hasta las ganas
el pensar que nunca mas...
podré acariciar tu cara
ni tocar nuestra ilusión,
que llora adormecida
al ritmo de una canción.

Desapareces
tu amor se escapa,
me olvidas
sin un adios
sin esperanzas.

El abandono,
la destemplanza,
el sentimiento,
besos de escarcha
en el aire quedó.

El silencio me grita
cada madrugada,
mientras el teléfono calla,
y entonces me doy cuenta
que ya no siento nada,
se acabó ese duelo
que me desgarraba el alma.