ALMA CORAZÓN Y LUNA

ALMA CORAZÓN Y LUNA
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martes, 30 de marzo de 2010

A TI MUJER...







Romántica empedernida
sensible y sentimental,
de carácter extrovertida,
aunque ame la soledad.

Humor sarcástico a veces,
simpatía tiene a rabiar,
que entrega siempre con creces
a quien cariño le da.

Defensora de los derechos,
luchadora por la igualdad,
realista, y con complejos
que trata de dominar.

Exigente consigo misma,
amiga incondicional,
amante de la justicia,
defensora de la verdad.

La niña que lleva dentro
sale a veces a trastear,
y sin ningún miramiento
regala felicidad.

Hasta que llega el fantasma
que tanto la hace llorar,
y se recluye en su alma,
no deja a nadie pasar.

Es su dolor, es su agonía,
un gran amor que no puede estar.
El mal de la melancolía,
de un futuro incierto
de una realidad.

Su espera es interminable
cuando en verdad se ama...
es duro olvidar,
su sueño, a veces inalcanzable,
es dejar atrás tanta soledad.






Imagen: Cris Ortega

jueves, 25 de marzo de 2010

LUCHARÉ...


Soy el sueño que te sueña,
soy tu ángel de la guarda,
la que siempre se preocupa
cuando tu alma está dañada.

Soy el vértigo en tu oído,
la esperanza que te embarga,
ven y fúndete conmigo
sentirás batir tus alas.

Soy la fuerza que te empuja
a seguir cada mañana
tu camino, que sin duda...
mis deseos acompañan.

Solo quiero protegerte,
aunque en ello se me vaya...
media vida en quererte
y otra media en la batalla.

No te creas que dimito,
seguiré aqui luchando,
aqui todo queda escrito
por si alguien va dudando.

Me siento privilegiada
por sentir un gran amor,
ya que el que no siente nada
no sabe lo que perdió.

Cuanto mas cuesta tenerlo
mas empeño se le pone,
platónico, o amor del bueno...
lucharé con dos cojones.


domingo, 21 de marzo de 2010

LLEGASTE EN PRIMAVERA



Primavera que entra usurpando
al invierno, frio y mordaz,
heladas que van dejando
recuerdos sin enterrar.

Campos pintados de flores,
árboles plagados de encanto,
con los sonidos cantores
de los que vuelan muy alto.

Arrancaré de mis manos
el barro, que entre mis dedos,
quedó pegado, del fango
donde pasé mucho tiempo.

Beberé de tu boca ardiente
el licor que embriaga mi sed,
y contigo siempre presente
la primavera disfrutaré.

El color de las mañanas,
el sonido de la vida,
la luz que acompaña mi alma,
todo, junto a tu sonrisa.

Disfrutemos cada día,
sin mirar nunca hacia atrás
lo que nos brinde la vida
juntos vamos a disfrutar.





DISFRUTAR A TOPE DE ESTA ESTACIÓN TAN BONITA...Y LLENA DE ENCANTO.

miércoles, 17 de marzo de 2010

EL SUEÑO DE UNA VIDA - V -

Capítulos anteriores:
El sueño de una vida - I -
El sueño de una vida - II -
El sueño de una vida - III -
El sueño de una vida - IV -






La blancura de las paredes le recordaba la que fue su nueva casa. Aquella con la que tanta ilusión sacó adelante, su hogar, junto a su familia.

Las carreras por los pasillos,
_ Niños dejar de armar jaleo, este no es sitio para jugar.
_ Joooo!!...la abuela vieja nos ha dicho que podemos.
_ La abuelita está pachucha y no tiene ganas de ruidos.
_ Anda hija, llevatelos fuera, que corran y salten, al fin y al cabo son niños, necesitan jugar, ellos no entienden de tristezas.

Jesús se sentó junto a su madre, y la abrazó.
Ella con su mirada perdida iba recordando retazos de toda una vida junto a él.

La habitación en penumbra, como en tantas ocasiones, ella le esperaba, pero esta vez no regresaría. Allí postrado frente a ella...su amor, el amor de su vida, el que tanta felicidad le dio...yacía.
Su corazón cansado, se paró.

Fueron sesenta y dos años de felicidad. cincuenta y ocho de matrimonio, compartiendo su vida llena de alegrías, y momentos amargos, como en todas las historias.
Pero esta era diferente, algo la hacía diferente.

Ella calló durante toda su vida un secreto, un gran secreto que hizo feliz a su esposo, tal vez de haberlo sabido, ella no estuviera allí velándolo en esos momentos, pues en aquella época tal vez se la hubiera tachado de otra manera, y no de ser la víctima.

Jesús había hecho todo lo posible aquél día por reanimar a su padre.
Era cirujano en un importante hospital, aunque eso no le sirvió de mucho cuando quiso salvarle, pues fue demasiado fuerte el dolor...y se le fue la vida entre sus manos.

Para él, su padre era un ejemplo a seguir, era toda su admiración.
Le enseñó unos valores en la vida muy importantes, que siempre siguió. Era honrado...trabajador...cariñoso...todo lo que una persona debería de tener.

María recuerda aquel día en que su hijo, les comunicó que quería ser médico.
Estaba poniendo la mesa, y los vasos que llevaba en las manos, se le escurrieron sin poder remediarlo. Le vinieron a la mente recuerdos imborrables, que aunque se habían quedado escondidos en algún rincón...de pronto salieron a la luz.

María se dedicó durante mas de cuarenta años a lo que mas le gustaba, coser, pero ahora trabajaba para la gente de la ciudad que la reclamaba por su buena labor, y nunca le faltó clientela. Siempre tuvo su casa llena de telas...hilos...y demás, como buena costurera que era.
Sus trajes vestían las calles de la ciudad con orgullo de haber salido de unas manos portentosas.
De esta manera, con el trabajo que realizaba María, y que cada vez era mas solicitado, hicieron frente a los gastos por los estudios de Jesús, en Madrid.

Jesús era bastante alto, como su padre biológico, había heredado su físico...pero no su corazón. El corazón la había heredado de José, el hombre que le educó, y que fue su verdadero padre. Así era, siguió su ejemplo toda su vida, alimentando sus enseñanzas, y compartió esa humildad y saber estar.
Las facciones y los gestos eran de María, no había duda.
Arqueaba la ceja, siempre cuando algo no le convencía, o no le gustaba.

Se había casado con una compañera de facultad, fue un flechazo, y ya llevaban 32 años juntos, de ese matrimonio nacieron Lucía y Samuél.

Lucía de veintisiete años, peleaba con sus hijos, dos gemelos de cuatro años que no dejaban parar nada.
Se había separado hacía un año...había sido una relación bastante tormentosa, y a pesar de que la separación era lo mejor para ella... la vida se le venía encima, pero siempre tenía la ayuda y el apoyo de su familia...que la ayudaron siempre en todo.
Samuél de veinticuatro años, vivía en Salamanca, allí cursaba sus estudios de ingeniería. Tenía una novia que había conocido allí...y con la que compartía piso, y que viajó con él, para darle el último adiós a su abuelo José, el que tanto cariño siempre les dio.
Allí en una esquina estaba sentado, con la cabeza baja, y la mirada perdida; había sido un mazazo cuando le llamaron para decirle que su abuelo había sufrido un ataque al corazón.


María pensaba en aquellos tiempos en que José y ella veían imposible crear una familia, y ahora sentada allí, se daba cuenta de la familia que habían creado.
Se sentía acompañada siempre, nunca los dejaban solos cuando vivía su esposo, y ahora que él ya no estaba, no la dejarían sola jamás.

Su nuera Amelía era una hija para ella, mujer de gran corazón, que perdió a sus padres en un accidente de coche cuando ella aun era novia con Jesús, y la arroparon siempre para que no se sintiera sola.
Ella siendo una mujer agradecida, y siendo como era María, siempre tuvieron una confianza y un cariño muy especial.
María, a pesar del dolor que sentía por la falta de su esposo...se sentía feliz de ver lo que habían logrado en la vida.
De haber compartido toda su vida con ese gran hombre...y haber sabido inculcar ese amor a todos los suyos.

En esos momentos algo le pasó por la mente, y sin saber como...y después de tantos años, sintió que debía de dar las gracias a alguien...a pesar de haber tenido que vivir con ese secreto el resto de su vida.
De sus labios se deslizaron unas simples pero valiosas palabras.

"Gracias Juan".



domingo, 7 de marzo de 2010

EL SUEÑO DE UNA VIDA - IV

Capítulos anteriores:
El sueño de una vida - I -
El sueño de una vida - II -
El sueño de una vida - III -




Sus vidas a pesar de seguir siendo tan humildes, ya tenían otro sentido, el traer al mundo una nueva vida, que fue creada, por el alcohol, con la fuerza y con mucho dolor, pero que a pesar de la dureza de los hechos, María estaba dispuesta a ocultar, si con ello hacía feliz a su esposo, y se sentía dichosa de ser ella la que le diera esa felicidad.
Por las noches, después de cenar, soñaban con ese hijo que se movía dentro de su vientre.
José a pesar del poco tiempo libre del que disponía, intentaba buscar otro empleo, que los pudiera sacar un poco de la austeridad en la que vivían.

Al poco tiempo llegó un primo de José con una buena noticia. En la capital necesitaban un conductor para repartir el pescado a las tiendas. José no se lo pensó dos veces, llevaban demasiado tiempo intentando salir de aquella vida, y en la capital había mas posibilidades de darle un futuro mejor a su retoño.
Pidió que le fuera buscando una vivienda, mientras ellos dejaban todas sus cosas en orden antes de mudarse.
Cuando María estaba en su séptimo mes de embarazo se trasladaron a la capital.
Un nuevo horizonte se divisaba para los tres.
Mejores condiciones de vida, en una casa en la que sí había luz eléctrica...e incluso tenía water dentro de la vivienda. Eso ya era mas de lo que ella esperaba.
Su nueva vida...su sueño hecho realidad, tan solo faltaba dar el ultimo paso para que esa felicidad fuera plena.

Y llegó el gran momento.
Faltaban unos días para cumplir las cuarenta semanas de embarazo, pero había sido un embarazo tan bueno, que María aprovechó hasta el último momento para dejarlo todo preparado, y una tarde, mientras lavaba la ropa en la tabla, se empezó a sentir indispuesta. Aguantó hasta que vio que no podía mas, y avisó a una vecina, que a la vez avisó a la comadrona que vivía dos calles mas abajo.
José llegó poco antes de que naciera su hijo.
A las 8 de la tarde nació su único hijo, un varón de casi cuatro kilos de peso.



María y José llenos de felicidad se abrazaron, habían conseguido el sueño de su vida, crear una familia.
¿Como?...eso ya no importaba, lo verdaderamente importante era, que Jesús, como así se llamó su hijo, llegó a este mundo para hacer feliz a una pareja que se amaban con toda el alma....y que su mayor deseo era crear y dar vida al fruto de ese amor.
Este no sería el fruto de ese amor...pero la experiencia en la vida le enseñaría a María que no es mas importante el concebirlo, sino el criarlo y mantenerlo vivo.


Continuará...


***



Perdonar que no os comente en vuestros blog, estoy recuperándome de una cirugía un poco delicada, que no me permite sentarme ni poder mantener una postura.
Este relato ya lo tenía en borradores, por lo que me ha sido mas llevadero el publicar.
No sé el tiempo que me llevará la recuperación, aunque creo que será bastante tiempo, pero cuando me encuentre mejor, iré a visitaros.
Gracias a todos.

PUEDES ESCUCHAR MIS POEMAS EN AUDIO

LA CARTA

DELINCUENTE DE TU AMOR
DAS LUZ A MI RAZÓN

ACOMPAÑAN MI AMANECER