ALMA CORAZÓN Y LUNA

ALMA CORAZÓN Y LUNA
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domingo, 28 de febrero de 2010

EL SUEÑO DE UNA VIDA - III -



Capítulos anteriores:
El sueño de una vida - I -
El sueño de una vida - II -


Juan, en un leve momento de lucidez, salió como un loco del dormitorio, y al poco rato, María escuchó un portazo, se había ido.
Allí quedó tirado su cuerpo tan frágil, humillada, y avergonzada, por algo que ella no había buscado, que nunca jamás creyó que le pudiera ocurrir.

Se levantó de la cama no sin esfuerzo, pues su cuerpo estaba dolorido y magullado, por la fuerza con la que la había agredido. Su camisa, rota, se la colocó como pudo por dentro de la falda, y al salir del dormitorio, se vio en el espejo del pasillo. Su cara estaba desencajada de dolor, de rabia, se colocó el pelo, y se lavó la cara, por si se cruzaba con algún vecino, que no notara nada. Se colocó su abrigo y su bufanda tapándose la cara todo lo que pudo, y al fin llegó a su casa.

María calentó agua como hacía cada día para su esposo, y acto seguido se dispuso a lavarse, si hubiera podido se hubiera arrancado hasta la piel, solamente por sacar ese olor nauseabundo de su cuerpo. Borrar ese recuerdo, pero ese recuerdo quedaría siempre con ella.
Sentía asco al pensar en ello, y pensó qué haría cuando regresara su esposo, que ocurriría cuando viera que ya no volvía a casa del médico a trabajar, ¿que le diría?

No sabía como hacer, pero lo primero que se le pasó por la cabeza fue intentar seguir su vida normal, como si nada hubiera ocurrido.
Pensó que sería mejor así, para que José no sufriera, al fin y al cabo, sabía que Juan no diría nada.

Cuando llegó José la notó extraña, la vio pálida, y notaba que tenía problemas al andar, eso era debido a la fuerza que con la que la utilizó su agresor.
Pero María se buscó una buena excusa; al salir de casa se había escurrido con los hielos de la mañana, a lo que José le propuso que la viera su jefe y le mandara algún calmante para el dolor.
María aceptó con la cabeza, y no hubo mas conversación referente al caso.

Al día siguiente se quedó en cama, porque su cuerpo estaba dolorido y cansado. Por la tarde, escuchó un gran revuelo por el pueblo, María se asomó por la ventana para ver que pasaba, en ese momento, un vecino del pueblo llamó a su puerta para darle la noticia.
Juan había sido encontrado en el monte muerto, con un tiro en la cabeza, con su escopeta de caza.
María no sabía que decir, fue tan impactante la noticia que no supo reaccionar, por un lado, estaba satisfecha del final que tuvo, pues él se lo buscó, y por otro no dejaba de pensar que Juan tenía algún problema que nadie supo ver, y por eso actuó así.
Fuera como fuere, María sintió alivio, y a la vez se sentía mal por pensar así, pero su amor propio estaba destrozado, y así al menos, ya nunca mas tendría que verle la cara, nunca tendría que inventarse ningún pretexto para no ir mas a su casa a limpiar.

Según iban pasando los días se iban escuchando rumores de la gente, sobre Juan. Alguien del pueblo comentó que Juan había estado casado y dos años atrás, su esposa le había abandonado por otro hombre, llevándose a sus hijos, desde entonces se dio a la bebida. De ahí que María tantas veces viera botellas vacías.


Pasó el tiempo, la primavera ya se podía ver en los verdes campos, ya no hacía ese frió que helaba hasta la sangre. María llevaba un tiempo, que no se sentía bien, sobre todo por las mañanas, sentía nauseas...mareos...y se temió lo peor, pero no podía ser, ella no podía tener hijos,
o al menos era lo que siempre le habían hecho creer.

El paso de los días le hizo ver que efectivamente, estaba embarazada.
Pensó en hacer algo para abortar, no sabía si podría soportar al hijo de un violador en su vientre, al hijo de la bestia, ni como se lo diría a su esposo, nunca le había engañado, y en poco tiempo el engaño formaba parte de su vida.
¿Acaso para que no sufriera?...aún así era engaño.

Cuando empezó a notar movimientos dentro de su vientre...sintió una gran emoción, que no pudo ocultarse así misma, pues había sido el gran sueño de su vida, y ahora que lo tenía dentro de su ser, no podía disfrutarlo como hubiera deseado, aunque sentía que era suyo, que le pertenecía, pero también sabía que solo era el resultado de una cruel y brutal violación.

Pensó en seguir su curso y darle la noticia a su esposo como algo natural, como si nada hubiera pasado, aunque no creía que fuera capaz de ocultarlo por mas tiempo.
Una noche cuando regresó José de la mina, y se hubo aseado, se sentaron a cenar. José la notaba diferente, llevaba un tiempo que estaba cambiada, pero esa noche la encontró especialmente guapa, se lo dijo, era un hombre detallista, y sabía que eso a su mujer siempre la halagaba.

María le dijo el motivo por lo que se sentía así, tímidamente, y con un poco de recelo, le dio la noticia.
Se sentía cruel por aquella mentira, pero al ver la reacción que causó en José...su cara de felicidad...supo que había obrado de la mejor manera posible.
La besó...la cogió en volandas...con esta noticia le hizo el hombre mas feliz de la tierra.

María sintió que había hecho lo que debía, y fue entonces cuando empezó a disfrutar de ese embarazo, impartiéndolo con su amado esposo...el amor por aquél bebé que esperaban era cada día mas intenso; sintió que era un ángel, que les pertenecía, y que sería el que aportaría la última pieza que le faltaba a ese gran amor, para colmar sus vidas de felicidad.



Continuará...

***

Pintura: Francisco Hernández López



(Voy a estar unos días ausente por motivos personales, siento dejar la historia a medias, pero en cuanto vuelva, que creo será muy pronto...seguiré con ella, pues aún queda lo mejor.
Espero encontraros, cuando regrese, ser buenos, y no me falléis. :)

Abrazos para todos).

jueves, 25 de febrero de 2010

EL SUEÑO DE UNA VIDA - II -

Capítulo anterior -
El sueño de una vida - I -


María, era una mujer de rasgos finos y delicados, de blanca piel, y unos bellos ojos verdes.
A pesar de la humildad en la que vivían, se apreciaba la felicidad reflejada en sus ojos.

Su pelo siempre que hacía sus tareas de la casa y cuando iba a casa del médico lo llevaba recogido, pero al llegar la noche daba libertad a una larga y hermosa melena rubia, que le llegaba por la cintura, la cual cuidaba con bastante esmero.
Era una mujer dedicada única y exclusivamente a su amado esposo, al que adoraba por encima de todo.

El gran sueño de los dos...ser padres, pero ese hijo no venía, llevaban intentándolo mas de un año, y no lo conseguían.
En esa época, corría el año 1954, siempre se decía que cuando un matrimonio no conseguían tener hijos, era culpa de la mujer, porque no valía.



Como cada día María se levantaba muy temprano, para recoger su casa, y preparar el puchero, con unas fabes con almejas, otro día hacía una caldereta de bonito, un arroz con almejas...u otro guiso cualquiera, que para los días tan fríos venían muy bien al estómago.
Después se enfundaba su abrigo y una bufanda, pues tenía que andar un rato, y con el frío que hacía no podía permitirse el caer enferma y no poder trabajar. Cogía sus llaves, y las llaves de la casa de Juan...y allá que se dirigía, a comenzar su jornada laboral.

Esa mañana se presentó como de costumbre en casa del médico para empezar sus tareas, él se suponía que a esas horas debía de estar pasando consulta en una aldea cercana, a la que iba en bicicleta.
Ella siempre tenía libertad para entrar y salir cuando quisiera, era muy exigente consigo misma y hasta que no dejaba todo impecable...no se iba a su casa.

Al ir a girar la llave se dio cuenta de que no estaba echada, y se extrañó.
Pasó y llamó a Juan, pero nadie contestó. La casa era muy grande, con un gran patio al fondo, que bordeaba la casa, por lo que María se asustó, pensó que alguien habría entrado y estaría en algún lugar escondido.
Cuando estaba dispuesta a irse para avisar de lo que pasaba, apareció él.

Juan era un hombre alto, corpulento, y de carácter bastante atento con la gente, muy buena persona para con sus pacientes, pues como ya dije no salía ni alternaba con nadie del pueblo, por lo que poco mas le conocían en realidad, pero María había visto varias veces botellas vacías de vino, e incluso una vez vio una de wisky.
Para vivir él solo, y no recibir visitas le parecía bastante extraño.

Al acercarse a ella, esta pudo percibir el olor a alcohol, y sus ojos vidriosos.
Juan cerró la puerta con llave y la guardó, María se sintió totalmente deshubicada no sabia que pasaba, Juan la agarró del brazo y bruscamente la pegó a su pecho con una fuerza que la asustó y la hizo gritar. Acto seguido la besó.
María sintió unas arcadas que no pudo disimular e intentó zafarse de su cuerpo, pero él al ver que no la correspondía la abofeteó, y la llevó a su habitación.

La casa del médico estaba a las afueras del pueblo, dando a un monte por el norte que era hacia donde daba su dormitorio.
Nadie podría oírlos, María estaba perdida, su jefe, ese hombre educado y amable...se había convertido en una bestia.
La sobó, la besó, y la desnudó al tiempo que la chupaba, babeaba, y su aliento la estaba axfisiando, ella seguía luchando contra él, pero nada podía hacer, sus sollozos era lo único que podían liberarla un poco de esa angustia que estaba sufriendo.



La tumbó en la cama, y acto seguido se abalanzó a ella sin darle tiempo a reaccionar, su cuerpo quedó al amparo de aquel monstruo.
La penetró varias veces sin ningún miramiento, de una forma brutal, María luchó con todas sus fuerzas por quitárselo de encima, pero fue inútil, llegó un momento que no pudo mas y se rindió, ya se había salido con la suya, su cuerpo quedó derrengado, tirado en aquella cama... que olía a alcohol...sudor, su cuerpo olía a él, sus babas habían invadido todo su cuerpo, y la sensación que le quedó fue la de desamparo, asco, impotencia...y mucho dolor.

Pensó en su esposo, lloró y lloró, pero nada podía hacer, ya nada se podía hacer.



Continuará...

martes, 23 de febrero de 2010

EL SUEÑO DE UNA VIDA




En la penumbra de aquella casa de pueblo sin luz eléctrica, María pasaba las horas, esperando a que llegara su esposo de la mina.
Era un día de invierno bastante duro, estubo lloviendo todo el día, ya se sabe que por el norte el clima suele ser así, pero María no aguantaba mas esa situación.
Vivía con el corazón en un puño cada día esperando el regreso de José.
Hacia dos años había sufrido un derrumbe el túnel donde se encontraba, y quedaron atrapados 6 mineros, entre ellos su esposo, tuvo suerte y solo tuvo que pasar dos días en el hospital, en la capital por deshidratación, y debilidad debido a no tomar nada de líquido en esos días.
Fueron cuatro días interminables, para el pueblo...y sobre todo para María, que no sabía si él seguía con vida.
Por suerte no tuvieron que lamentar víctimas, no en esa ocasión, pero sí otras veces había habido muchas bajas de hombres trabajadores, que dejaron su vida bajo tierra por un puñado de calderilla, que de poco les sirvió para sacar a sus familias de su humilde vida.

María quería salir de allí como fuera, era muy joven, con tan solo 23 años quería cambiar de vida, quería formar una familia, pero aquel hogar ni el sitio donde vivían, era el apropiado para criar un bebé.
Vivía siempre con miedo, pensando cada día si su esposo regresaría sano y salvo a casa.

Como casi todas las noches, José llegó tarde, muy cansado, y lleno de carbonilla, como de costumbre.



Lo primero que hacía en cuanto entraba por la puerta era ir a un cuarto donde se quitaba la ropa, para asearse, en un barreño de latón que tenían en el cuarto, y que llenaban con agua caliente que ella se encargaba de preparar en el fuego de la chimenea, en un puchero, para cuando él llegara.
Una vez aseado, con su camisa limpia, las mangas arremangadas por encima de los codos, su pantalón perfectamente planchado y su pelo bien peinado hacia atrás, hacia que se apreciara el atractivo que ese hombre poseía, pero a pesar de sus 28 años, parecía un hombre mas maduro.
Sus rasgos duros, su piel curtida, sus manos castigadas por el pico...hacían de José un hombre duro, aunque en el fondo era tierno y cariñoso, y amaba mucho a su esposa, y por eso estaba cansado de esa vida, quería darle una vida mejor, mas fácil.

Se habían planteado alguna vez mudarse a la ciudad, pero era algo que veían muy lejano.
Ella soñaba con poder tener una casa con luz eléctrica, nunca había disfrutado de ella, y según había oído decir, era el mejor invento nunca visto.

También soñaba con entrar a una tienda en las que vendían todo tipo de telas, para hacerse la ropa que deseara, siempre fue buena costurera, pero lo mas que cosía desde que se casó, era los parches y zurcidos que José tenía que llevar en su ropa de trabajo, y remendando la ropa para aprovecharla al máximo.

Pero hasta que llegara el día que pudieran decir adiós a esa vida, deberían esperar mas tiempo, pues no disponían de medios suficientes, y María poco podía hacer, solamente ir a limpiar, y a planchar como cada día a casa del médico del pueblo, por cuatro perras gordas.

Juan, el médico...un hombre maduro de unos 45 años, soltero, o al menos vivía solo. Apenas nadie sabía nada de su vida personal, llevaba en el pueblo poco mas de un año...y nunca se le veía hablando con nadie.




Continuará...

sábado, 20 de febrero de 2010

ADICTA A TU AMOR


Lágrimas de un amor puro
que surgen después de un beso,
sedienta dejó la razón,
anhelando nuevos sueños.

Sentimientos que aparecen
cuando menos te lo esperas,
que te absorven y florecen
aunque tu no lo quisieras.

El corazón se acelera,
las pupilas se dilatan,
quieres poder controlar,
te sientes descontrolada.

Son sentimientos muy fuertes,
parece como que hablara...
el corazón a la mente
queriendo dejar nublada.

Las mariposas no vuelan,
bailan a grandes zancadas,
el estómago se encoge...
y no puedes probar nada.

Te levantas, y en tu mente
su imagen lo invade todo,
sueñas con un día tenerle,
y no sabes de qué modo.

Tu mente se te revela,
apenas si te concentras,
pasas las noches en vela
no puedes más, aunque intentas.

Este amor que se ha clavado
entre tu pecho y espalda,
debes tratar de olvidarlo,
pues no te aportará nada.

Mas que amor es obsesión,
es una adicción innata,
harás rehabilitación...
porque hay amores que matan.

En la granja del amor
donde vínculos no existen,
dejarás tu adicción
por ese amor que sufriste.



miércoles, 17 de febrero de 2010

DÉCIMAS DEL BUEN AMOR





Incluído en mi maleta
te llevo siempre conmigo,
tu cariño gran amigo
no lo encuentro en el planeta.
Aunque suene esto a poeta,
quisiera tener presente,
sin servir de precedente
el amor que tu derramas,
cuando dices que me amas
me atraviesa una corriente.

Tu dulce candor me inquieta,
soy otra mujer contigo,
y aunque siempre te lo digo
tienes alma de poeta.
Mi sonrisa tan coqueta
es por sentírme adulada,
por tus piropos prendada
de este amor que me traspasa,
y saca de mi carcasa,
mi alma que dejé guardada.

En verdad me tienes presa
con tu cariño sincero
tu dices ser prisionero
de mis besos de princesa.
Me encanta esa promesa
de dejarte hacer conmigo,
muchas gracias buen amigo
pero no soy de mandar,
y aunque si me gusta amar,
a ti te paso el testigo.



domingo, 14 de febrero de 2010

POR SAN VALENTÍN....




San Valentín me trajo tu amor
en una fria tarde de invierno,
fuimos prudentes con la pasión,
pues no quisimos volar muy lejos.

Un muro muy alto nos separó,
tu vida estaba ya consagrada,
aún así el amor nos unió...
sabiendo que ella te esperaba.

Protagonistas de una verdad,
fuimos amantes, fuimos amor,
ahora a mi vida vuelves a entrar.

Ya somos libres con nuestro sueño,
pero un tercero ya sufrirá,
los sentimientos son traicioneros.

En este día vuelves a mi,
ya nuestra historia sigue su rumbo,
a veces, el amor es así.




miércoles, 10 de febrero de 2010

OJOS VERDES






Ojos verdes que surgieron en mi vida
aquella noche en esa feria de Abril,
tu me miraste y dejaste tu sonrisa
en estos labios de rojo carmesí.

Es el color de la vida y la esperanza,
es el cariño y la paz que tu me das,
el sosiego, y el adios a la nostalgia,
un nuevo rumbo en mi largo caminar.

Ojos verdes que atraparon mis deseos,
envolviendo en papel de celofán...
malos recuerdos prendidos a mi cuerpo
olvidándolos al fondo del desván.

Trajíste aroma de jazmín a mis sueños,
es rocío tu cariño al despertar,
caramelo es el sabor de tus te quieros
que acompañan a mi alma a descansar.

El tiempo pasa, y sigues a mi lado,
tus ojos verdes aún brillando están,
cuando me miras yo toda me desarmo
y terminamos amando una vez mas.

Su voz se torna mas débil con los años,
su piel se arruga, es torpe al andar,
pero sus ojos aún siguen guardando
aquella esencia que tiene en su mirar.

Aún pasea esa luz en su mirada
esa ilusión que calmó mi libertad,
ahora me mira y ya no dice nada,
tan solo busca tener tranquilidad.

Una mañana sus ojos se apagaron
trayendo el duelo a toda realidad,
mis negros ojos contigo expiraron...
quedando ciegos al perder tu claridad.


sábado, 6 de febrero de 2010

AMOR PROHIBIDO


Las luces bordeaban el paseo marítimo.
Cogidos de la mano, cuidando de no ser observados paseaban su amor a la orilla de la playa, como cualquier otra pareja, pero había una diferencia; este amor era imposible.
Amor prohibido, tardío, que llegó a sus vidas con veinte años de retraso.
Un amor que no se podía gritar a los cuatro vientos, pero sí disfrutarlo dentro de unas posibilidades casi imposibles. Pero cuando el amor es lo más grande...dos almas se unen aún en la adversidad.
Y en la adversidad, dos amantes, se encuentran cada jueves al mediodía, para regalarse carícias y besos furtivos.
En esas cuatro paredes donde dan rienda suelta a su amor, donde las carícias y el sexo les hace olvidar la realidad por unas horas.

Mas tarde retomarán sus vidas, vestirán de pudor la lujuria, y esconderán en un cajón todos los besos y deseos hasta la próxima aventura.

lunes, 1 de febrero de 2010

LA TRISTEZA DE PANDORA



Tren que pasa de largo,
camino que se desprende,
piedras fangos y charcos,
que sorteamos a suerte.

La mente viaja poderosa
por sitios insospechados,
el cielo con nubes escabrosas
llora desconsolado.

y a lo lejos el valle se asoma
con sus lomos bien peinados,
y aquel riachuelo que cruza
el pando de lado a lado.

sus ojos fijos, se tornan
mirando hacia un solado,
es la casa de Pandora
cerrada a cal y canto.

Su vida dejó matices
en aquel lugar olvidado,
dejando las cicatrices
que el amor creó a su paso.

Se respira en el ambiente
la nostalgia de un pasado,
donde la vida y la muerte
jugó la partida amando.

Entregó lo que tenía
a cambio de un gran amor,
amaba y no recogía
lo que con amor sembró.

Su corazón se fue apagando
entre bosques y foresta,
donde siempre y a diario
iba a llorar su tristeza.

El alma sigue vagando
con la pena que devora,
y en las noches, paseando,
se escucha llorar a Pandora.




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LA CARTA

DELINCUENTE DE TU AMOR
DAS LUZ A MI RAZÓN

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