LARGO CAMINO A TU CORAZÓN

Siento en mis pies el cansancio de un largo camino, el dolor que crea las inclemencias del destino, que van borrando ilusiones que se suspendían en el abísmo.
Me detengo a observar el paisaje, y siento la soledad en mis huesos, como si el mundo se hubiera olvidado de vivir, de sonreir.
Regreso de mi retiro, me acerco hasta mi ventana...y mis ojos te buscan, pero tu no estás.
Conecto el contestador y solo se escucha un silencio ensordecedor, dejándome los oídos doloridos, expectantes ante cualquier mínimo resquicio de tu voz; pero no, tu voz se apagó aquel día que te llevaste mi alma, que me dejaste desnuda de ilusión.
Me olvidé de guardar en mi corazón un poquito de aquella ilusión que me acompañaba, y ahora me encuentro sin saber donde encontrar, para poder vestir mi soledad, la que se pegó a mi piel cuando marchaste de mi lado.
Abro mi ventana cada día, y respiro, oxigeno mis pulmones para enfrentarme a un nuevo día sin tí, que no traen nada más que tristeza y recuerdos.
A través de ella te sigo buscando, a sabiendas de que no aparecerás, pero no me resigno a vivir sin tí el resto de mi vida.
El mundo sigue su curso, yo sigo llamándote, pero no estás. Cada noche espero una señal, algo que me diga que sigues ahí, que aún me recuerdas, pero a cambio encuentro piedras que siguen interponiéndose entre tu y yo, y que no me deja avanzar, creando un muro, y dejándome al otro lado sin posibilidad de sentir tu cercanía, sin poder expresarte lo que me haces sentir.
Mojaré mis pies, los mantendré en reposo, los cuidaré, para cuando tu me digas ven a mí, poder recorrer todo lo que el corazón me pida, y allí junto a tí descansar de tan arduo camino, que me llevará a un lugar de tu corazón.